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24 mar 2012

UN SANTUARIO PARA EL SOL


Después de los agradables días en Sorata nos fuimos en busca de nuestro encuentro con el Lago Titicaca.

Al ser temporada baja no había transporte directo, por lo que nos sentamos en la plaza a reunir gente que se animara a venir con nosotras… y así lo hicimos, a las 12 ya éramos 11 personas para embarcarnos en el colectivo que nos llevaría directamente a Copacabana (40$BO/pax), así que TITICACA ALLÁ VAMOS!!!

Al llegar y después de 4 horitas entre curvas y montañas, nos encontramos con una ciudad orientada 100% al turismo, llena de hotelitos, restaurantes y cafés…. Además de una Catedral del tamaño de una manzana entera… gigante!



Y por supuesto fuimos a conocer al gran protagonista, El Titicaca. Este lago se encuentra a unos 3800m sobre el nivel del mar y es el lago navegable más alto del mundo, además de ser el 2do con mayor superficie de Sur América.


Huir de Disney World era nuestra misión, así que a primera hora de la mañana nos fuimos al embarcadero y agarramos el primer bote hacia el lado norte de la Isla del Sol.


La Isla del Sol, que antiguamente se denominaba Isla Titicaca o "Roca del Puma", es la más grande de todo el lago y es la que dio origen al nombre del Lago Titicaca. 


Hoy en día lleva el nombre del Dios Inti (Dios Sol), ya que en la época Pre-Inca se creía que allí había nacido el sol y por lo que se le hizo un santuario dedicado a él. 




También dicen las creencias de los lugareños que existe un túnel kilométrico sumergido en las aguas del lago que une la isla directamente con Cuzco... mmm...ver para creer... nosotras aún no hemos descubierto la entrada del misterioso pasadizo y eso que buscamos por todos lados... hasta bajo las rocas... ;-) 


Siguiendo las recomendaciones de gente que hemos ido conociendo en la ruta, nos fuimos directamente a la playita que queda detrás del embarcadero y nos alojamos en el hostel Roca Sagrada (25$BO/pax), con la suerte de que el hijo del dueño era segurata del camino Inca de la Isla, por lo que no pagamos los 10$BO/pax que cuesta darle la vuelta para visitar las ruinas incas.



Hicimos bien en seguir consejos, porque pasamos los 3 días de la isla admirando la playita y todas las cosas que acontecían en ella… gente acampando y haciendo malabares, niños saliendo de la escuela,  cholitas y cholitos paseando ovejas, llamas, o lo que fuera… mucha vida en medio de la hermosa orilla del lago…


 

 

Llegó el día de la vuelta y mientras Gran Hombre Blanco trabajaba, es decir Román, las chicas aprovechamos a recorrer y disfrutar de la isla. Así que con un mapa en la cámara y toda la energía del mundo nos fuimos en busca de las ruinas y del atardecer.


Comenzamos bien tempranito, bueno a nuestro estilo… a las 11.30. Dejamos atrás Challapampa y nos dirigimos hacia el sur de la isla…




Pasamos por cultivos y caseríos hasta llegar a Challa I, un pobladito bastante grande, bueno de 20 casitas en lugar de 3, pero que por ser domingo estaba todo super cerrado y vacío… solo los cerditos y las ovejas pululaban por los alrededores…



A partir de allí seguimos a unas cholitas que nos servirían de guías locales y nos mostrarían los atajos para evitar caminar en exceso…. Jeje con la excusa de llegar al atardecer no dudamos ni un segundo en hacerles caso ;-)


Llegamos a lugares espectaculares, donde pudimos apreciar la inmensidad del Titicaca así como de la belleza que lo rodea…

Cruzamos el punto más alto de la isla para llegar a las primeras ruinas y donde nos quedamos enamoradas de lo que veían nuestros ojos…

 





Y aunque nos hubiéramos quedado horas escuchando el silencio y admirando la belleza, tomamos algo de impulso para no dejar pasar el atardecer…



De repente divisamos un montón de rocas… mmm… ¿serán estas las “ruinas”?, ¿esto es todo? Uhummm…



Pues sí, al dar dos pasitos más aparecieron ante nuestros ojos las ruinas sagradas de Chainkana o el laberinto, que aunque no eran inmensas tenían su gracia…




Se nos acercaba la hora esperada, por lo que teníamos que buscar algún punto bueno para estar de frente al sol… nos fuimos cuesta arriba siguiendo a nuestro instinto femenino, porque camino era lo que menos había, y así poder alcanzar lo que creemos que es la Roca Sagrada y el punto del nacimiento de Inti…





Al final no sabemos si era o no era, pero lo que podemos asegurar es que ver el atardecer en un lugar como este no tiene precio… para todo lo demás, MASTER CARD! ;-)





Las horas pasaron como estrellas fugaces, volando… hasta que la noche y el frío nos levantaron de nuestra Roca Sagrada...

Nos despedimos de la isla con un buen desayuno de “mortadela y pan de ayer” a la orilla del lago, no sin antes ver como la vida continuaba…

Con todos nuestros peroles y deleitándonos con nuestro último “salchipapa” nos fuimos en barquito de vuelta a tierra firme… dejando con este lugar increíble nuestra ruta boliviana :-(





1 comentarios:

Anónimo dijo...

Nuevamente felicidades maravillosas fotos hermoso relatos y gracias por esas descripciones de la amda Bolivia Dios los bendiga y esperamos regresen pronto. :)