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13 nov 2011

DELICATESSEN EN KARAMEA Y GOLDEN BAY

La palabra delicatessen debería utilizarse tanto para comida como para paisajes o lo que haga falta. Aquí en Karamea encontramos la mezcla perfecta…pero antes debíamos llegar ahí y tendríamos un camino largo desde Wesport hasta el parque Nacional de Kahurangi.

¿Dónde habíamos dormido esa noche? Pues literalmente, pero sin quererlo, en el jardín de una casa. ¿Cómo? Pues tan sencillo como que nos equivocamos de calle, aparecimos en una propiedad privada y nos quedamos completamente atascadas en el barro, en dos palabras atas-cadas! Era de noche, nosotras dos intentando todos los métodos (maderas, papeles, piedras…) para mover una campervan de no sabemos cuántos Kgs así que después de probar…probar y probar…decidimos quedarnos ahí, escribir una nota de disculpas en el parabrisas y dormir torcidas y en medio bajada….solo hace falta ver cómo quedó el terreno por la mañana cuando paramos a un “rescue man  de los bomberos” para que nos sacara de ahí…!! 




Una vez fuera de Wesport, y con la lección aprendida de no meterse dónde hay grama y barro nunca más, nos dirigimos hacia el norte. No sabíamos bien cuánto tardaríamos pero, como siempre, iríamos parando ahí dónde nos apetecía y así llegaríamos a varias playitas, unas con bosques por detrás y otras con rocas para sentarse un rato.
Llegamos entonces a Punakaiki, conocido por las famosas Pankakes rocks y los Blow holes. Ahí esperábamos ver grandes olas chocando en las rocas y “gesisers de agua salada” saliendo en plan big Splash”.  No estuvo mal pero parece ser que tampoco era el mejor día para verlos porque el agua estaba demasiada calmada.

Ahí mismo estaba también una estructura de rocas erosionadas por el viento y agua que, en un momento inicial parecían tener unas siluetas muy definidas. Nos dedicamos a buscarlas un rato y bueno…aceptaremos barco...

Montadas de nuevo en la furgo recorrimos varios kms más hasta dar con Karamea. No sabíamos exactamente dónde dormir pero hubo una imagen que nos hizo parar y disfrutar de lo que veíamos. Era precioso, la desembocadura del río al Tasman Sea con una playa para quitar el aliento a cualquiera.
 

De camino hacia la campervan vimos un par de pescadores en sus sillas charloteando. Les preguntamos dónde tomar un café por ahí y rápidamente nos ofrecieron uno en su caravana. Ohhh, la caravana del lugar idílico era suya y, para sorpresa nuestra, eran pescadores del famoso “whitebait”…que acabamos por descubrir que eran angulas! Nos explicaron cómo se pescaban en función de las mareas, que solo había un mes al año en el que permitían pescarlas, que ellos dejaban sus trabajos solo para venir aquí a la vez que disfrutaban de este paraíso y, al final de la velada, nos sorprendieron cocinando una tortilla de angulas recién pescadas y preparándonos un bocadillo. Nos lo comimos encantadas, eso sí, un poco más y nos dejamos los dientes ahí de las piedrecitas del rio!! De todas formas…la situación no tenía precio…y menos si la acompañábamos luego de un sunset increíble.


 
Después del manjar y la fantástica puesta de sol nos recomendaron ir hasta Oparora a dormir y ya hacer un par de caminatas al día siguiente para ver el arco Moria y Mirror Lake.

Por la mañana…casi nos da otro vuelco el corazón igual que con los pingüinos…parecía que habíamos encontrado el famoso pájaro “kiwi”…era prácticamente igual, no tenía alas y nadie que no lo sepa podría creérselo…otra vez tan ingenuas como siempre…¿cómo vamos a ver un kiwi  plena luz del día y al lado de las caravanas cuando los locales no han visto uno suelto en 50 años de su vida? Porque no….jajaja….aunque acabó por ser un Weka

La caminata al arco Moria no era muy larga pero si fue bonito el pasar por bosque, playa y entrar en la cueva desde dónde veías el arco desde dentro y aparecías en el rio dónde el color del agua era super amarillo por los minerales que llevaba.



 
El camino del Mirror Lake fue también bonito pero lamentamos no tener fotos por problemas logísticos ;-)

Abel Tasman nos esperaba. Todo el mundo habla de ello como una zona preciosa donde hacer excursiones de un día muy bonitas. Así lo haríamos y ese día optaríamos por una ruta circular que nos haría pasar por acantilados, praderas, playas y vistas espectaculares, está claro que de esta forma las 7 horas se nos acaban convirtiendo en 10…pero no podemos evitar disfrutar de cada uno de los rincones que ofrece éste parque Nacional.
 


 
…además de que alguien quiso desafiar las bajas temperaturas de New Zealand…

 

2 comentarios:

Unknown dijo...

Genial!!!!!

Quines fotos més xulis!!! Quina bestiesa, qui pogués tancar els ulls i poder tants sols veure'n un 10%
Una abraçada per totes dues,

Noemí dijo...

Noies, efectivament les fotos son fantàstiques i els comentaris també. Quina experiència!.
Bessitos.