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26 jun 2011

LAGNMUSI….”Tic shi she”

Había que decidir entre Xiahe o Langmusi y finalmente optamos por el segundo. Llegamos desde Lanzhou en autobús (7 hrs por 114 Yuanes/persona) dejando atrás una ciudad muy poblada, con muchos edificios iluminados y creemos que sin interés alguno. Ya nos habían avisado, por lo que llegamos, reservamos billetes de tren para Chengdú, dormimos en una residencia cerca de la estación de buses y por la mañana nos fuimos.



El camino hacia Langmusi ya prometía desde el principio, por algo le llamarán la zona de los “Grasslands” Praderas inmensas con todas las tonalidades verdes imaginables acompañadas del cielo color azul celeste creando la combinación perfecta para nuestro trayecto. Cuanto más nos acercábamos, y como su nombre dice, “Grasslands”, el verde se hacía más intenso y las praderas se llenaban de Yaks pastando. Son una mezcla de vacas, por los rasgos faciales, piernas y panza, caballos por el cuello y la cola, ovejas por la pelambrera y toros por sus temerosos cuernos. Eso sí, la carne tiene que ser buena a la fuerza, tienen las praderas enteras para comer…en breve lo descubriríamos.




Aunque hemos pasado 2 días en Langmusi, han dado para bastante. El primer hostel no lo recomendaríamos aunque tiene una salita agradable para pasar la tarde pero los baños y la ducha son intratables. Para acabar de arreglarlo, por la noche tuvimos un episodio de ruidos y golpes por parte de alguien que se había excedido con la cerveza tibetana….llámale cerveza siendo transparente y por lo menos con 30 grados.



No obstante, en Langmusi teníamos 2 misiones. Comer hamburguesas gigantes de Yak y pasear por las praderas y los templos, compartiendo peregrinaje con los tibetanos a la vez de disfrutar de las vistas que rodean el pueblo.



La parte de las hamburguesas nos encantó. Son enormes y las comimos en un sitio muy agradable dónde puedes también disfrutar de momentos tranquilos. Se llama Leisha Bar, está en la calle principal y por 20 Yuanes te das un homenaje de proteínas.




La segunda misión llegaría al día siguiente. Un buen desayuno con fruta, hidratos y café(soluble, claro). El día no acompañaba mucho pero esto mejoró a medida que avanzaba.


Empezamos el paseo por el pueblo. Aquí encontraríamos a los “mangas largas”, las minorías de la zona. Llevan unas chaquetas inmensas y pesadas por encima de la ropa con unas mangas quilométricas que les dan 3 vueltas a la cintura. Además, un chuchillo en la cintura y tienen el pelo grueso y muy oscuro. La mayoría de ellos se mueven en moto por la zona y van tapados toda la cara. Es curioso verlo. Las mujeres llevan los típicos trajes tibetanos, con faldas gruesas, oscuras pero con cintas de colores. Algunas con zapatos de tacón, otras con unas deportivas al más estilo Nadal. Todos tienen la cara redondita, los ojos bastante más abiertos que los chinos que conocemos y los mofletes quemados del frío, ya que estamos a 3200 metros de altitud y hace una rasca que pela.




A nivel identidades, ellos se consideran totalmente tibetanos, siguen sus tradiciones, cultura y festividades aunque, eso si, la mayoría de casas tienen la bandera de china en el techo, claramente para evitar problemas con el control político. Se resignan pero lo repugnan, simplemete es así.



Hay dos templos tibetanos separados por el río “White Dragon”. Son el Kerti Gompa con 700 monjes (20Y) y el Serti Gompa (30Y). Los tibetanos siguen la ruta y van pasando por todas las “Prayer wheels” (Ruedas de las oraciones y deseos) mientras van recitando “Om mane peme hum” que significa Paz en todos lados, larga vida y buena suerte.


Nosotras iríamos siguiendo el mismo camino a la vez que no parábamos de pensar en el privilegio de vivir rodeado de éstas vistas. Éste día era para descansar, relajarnos y seguir disfrutando de nuestra aventura.







Buscamos otro lugar para dormir y encontramos uno con los dueños muy agradables, todo de madera, baños bastante limpios y mantas eléctricas para dormir que con el frío que hacía se agradecen (JIAZHOUGUEST HOUSE&BAR 70y/hab). Para comer había en un lugarcito muy bueno al lado. Es totalmente recomendable y las berenjenas estaban deliciosas. (Yunnan taste)



Más tarde paseamos hacia las afueras en busca de la estación de buses, buscamos dos tazas para reemplazar las que acabábamos de perder y tuvimos algún que otro percance con los perros que nos harían volver a casa. Por la noche leeríamos, buscaríamos la manera de partir hacia Juizhaughou, aprenderíamos 4 palabras en chino y tibetano y bailaríamos con los chicos del guesthouse. 


















En resumen, Langmusi es un lugar dónde puedes relajarte unos días, conocer la gente del pueblo, sentarte en la calle con el té en la mano, comer muy rico, desayunar al sol, reir, pasear por el monte, además de conocer el sentimiento tibetano camuflado en ésta.

Gracias, Langmusi….o lo mismo en tibetano “Tic shi she”.


2 comentarios:

vremacha dijo...

eeee!!! impresionantes las fotos de la muralla y del caracul lake con los yogurines :D... por cierto... en la foto que habéis colgado JIAZHOUGUEST HOUSE&BAR, detrás de los chicos hay una foto de Jesús Chino no? Es verídico? Lo podéis confirmar? :D
Cuidaros mucho guapaaaaaaaaas!!! Que vaya super bien por Filipinas!!!! Besote

Silvia y Carlos dijo...

Si pasamos por aquí fue en parte gracias a vuestra recomendación y la verdad es que nos hubiésemos quedado algunos días más :D

Un abrazo!