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26 ene 2012

SAFARINI EN PUERTO MADRYN



Después del mes de relax que nos hemos pegado entre familia y amigos es momento de retomar la ruta Patagónica.

Esta vez llegamos a Puerto Madryn en micro (360$AR/pax/16horas) desde Mar del Plata y ahí nos disponíamos a buscar fauna marina y pueblitos pintorescos. Lo primero, instalanos en el “Hostel Posada del Catalejo” por 65$AR/pax/noche con desayuno incluido y lo segundo comer.

Queríamos visitar la Península Valdés que, aunque no es época de Ballenas, nos habían contado que hay una flora y fauna muy rica que merecía la pena visitarla. Para ello empezaríamos nuestra tarea de investigación y descubriríamos que al igual que la Península Valdés es Patrimonio Natural de la Humanidad, los paquetes turísticos en Argentina también deben haber sido declarados como Patrimonio Cultural de la Unesco porque todo gira entorno agencias de turismo y nada baja de 250 $AR/pax en temporada más la entrada a la reserva faunística del parque a 70$. Ni locas!!!

Así fue como caímos en cuenta que volvimos al estatus del mochilero cortapalo y buscando alternativas y mendigando por los hostels en busca de compañía acabamos por alquilar un auto con nuestros amigos spaguettini italianini. Con ello, el tema bajaba a 100$/pax más los 70 y aquí os los presentamos.

La Península Valdés es Patrimonio Natural desde 1999 y comienza en Puerto Pirámides, a 94 Kms de Puerto Madryn. Consta de 3.600 Km2 con un recorrido de 400 kms de costa de los cuales 240 son de ripio, camino pedregoso que obliga a una velocidad máxima de 50km/h. Es una típica meseta patagónica con imponentes acantilados sobre sus costas dónde puedes encontrar elefantes marinos, leones/lobos marinos, pingüinos de Magallanes, guanacos, armadillos, zorros, ovejas, ballenas y orcas entre otros.


Después de acceder y pagar la entrada maldita (70$ extranjeros y 20 los Argentinos) y pasar por el Istmo Ameghino comienza el tembleque.


Nuestro primer objetivo sería conseguir ver cómo las orcas se acercan a la orilla en busca de su alimento preferido, los lobos marinos. Más o menos como esto.


Para ello, había que llegar a Punta Norte en plena marea alta un día con poco viento, cuando las Orcas tuvieran hambre y como la temporada indica a mediados de febrero. Lo cumplíamos casi todo a excepción del calendario, el viento y la hora de la comida…así que nos encontramos con un berenjenal y despiporre de los leones o lobos marinos de “un pelo” que tenían unos comportamientos bastante peculiares por no decir nefastos…algo que tendremos que estudiar.



Además, algo raro pasaba porque se bañaban como Pedro por su casa sin siquiera revisar si veían algún movimiento depredador por la zona. Eso, aparte de que apestaban eran una monada haciendo sus ruidos con rangos desde sonido oveja a caballo cabreado.




Como no veíamos actividad de riesgo por la zona quisimos mimetizarnos al más puro estilo “sea lion”.



…de repente liberaron a Willy y a bastantes kms de distancia avistamos a las Orcas…aunque al parecer habían desayunado fuerte porque de ahí no pasaron.


La siguiente parada sería en Caleta Valdés para ver los pingüinos de Magallanes pero ya sabéis que en 90 kms nos pueden ocurrir muchas cosas así que durante el camino nos empezamos a dar cuenta de lo que querían decir con la Reserva Faunística. Con los italianini nos lanzamos a vivir un safarini patagónico con lo que nos encontramos con los armadillos peludos, los guanacos, los zorritos patagónicos y unas ovejas del tamaño de la patagónia…nos encantó!


Ya prácticamente en la Caleta paramos un momento a disfrutar de las vistas de la Bahía Protegida y a relajarnos del temblereque que seguíamos sintiendo con la carretera.








Llegamos a Caleta Valdés dónde encontraríamos los pingüinos Magallánicos de 45 cms de alto y unos 4-5 kgs. No pensábamos que los íbamos a poder ver debido a las altas temperaturas pero ahí estaban, esperando nuestra visita y tan panchos sin inmutarse por el ser humano…lindos animales.




Solo nos quedaban los elefantes marinos por avistar. Esto sería en Punta Cantor el único apostadero continental de estos animales. Pueden ser vistos en momentos de reproducción o también cuando cambian la piel. Los macos desarrollan una trompa a partir de los 4 años, pueden medir unos 5 metros pesar hasta 4 toneladas y con eso dominan su harem de 40 hembras…viven bastante mal parece ;-). Como dato submarinístico parece que pueden llegar a una profundidad de 1500 metros…entendemos que totalmente compridos a la mínima expresión.

No tendríamos excesiva suerte para poder avistarlos de cerca pero si de disfrutar el maravilloso hábitat dónde residen…


Ya de vuelta, pasamos por Puerto Pirámides y tomamos un cafecito mientras veíamos el Partido del Barça-Madrid (Copa del Rey)…el cual pasamos por los pelos!!



Hora de irse coincidiendo con una magnífica puesta de sol.


Pararse era obligado y despedirse de la Reserva también.


Y la Península Valdés se despediría de nosotros con un último suspiro para nuestros ojos…




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