Seguramente Kathmandú no sería una de las ciudades donde decidiríamos vivir… es una ciudad con mucho ruido y sobre todo mucha polución.
La capital de Nepal tiene 1,7M de habitantes y la verdad es que da la sensación de que todos están concentrados en el barrio de Thamel, la zona de backpackers.
Nosotras hemos utilizado la ciudad como campamento base entre cada uno de nuestros destinos y nos hemos alojado en el Pilgrims Guest House. Las habitaciones son limpias, las duchas tienen presión y se pueden dejar equipaje que temporalmente y sin coste adicional… Lo mejor del guest house son su jardincito con sus mesas y su terraza donde se pueden apreciar los atardeceres…



En Kathmandu, entre autobús y autobús también hemos podido visitar otras cosas:
El Templo de los Monos (Swayambhunath)
Martel este es tu lugar!!!! Es conocido por los turistas como el templo de los monos.
Después de subir unas escaleras, típico de Nepal, nos encontramos una stupa muy bonita en la cima de una montaña desde donde se podía ver la ciudad. Es un lugar muy lindo mezcla hinduista-tibetano, rodeado de tiendecitas de artesanía.

De allí cruzamos en taxi toda la ciudad para visitar Bohuda, un lugar de peregrinaje tibetano rodeado de pintorescas calles, donde nos encontramos un stupa con unos ojos impresionantes y donde aprendimos gracias a unos pintores de artesanía local, el significado de los elementos que lo componen.
-Seis energías representadas en colores que lo rodean: deseos, cosmos, viento, fuego, agua y arte.
-The searching blue eyes, representados en los cuatro lados
-Los trece niveles que el alma debe superar para alcanzar el nirvana.



Durbar Square:
Esta vez queríamos ahorrarnos las 400Rs del taxi, así que nos montamos en una de esas furgonetas que van gritando cosas inentendibles y van parando cuando alguien levanta el brazo. A punta de señas logramos montarnos en una, que más o menos nos dejaba en un lugar que conocíamos… la gracia valió la pena porque al final pagamos 17Rs por persona.
Finalmente llegamos al Durbar Square, que gracias a los concejos de Carles y Silvia, conseguimos rodearla hasta encontrar una pequeña calle que tiene un acceso libre de “peaje” (Simplemente hay que ser un poco vivo y tirar para adelante).
Entramos al recinto y disfrutamos de caminar por las calles adoquinadas, viendo y subiendo a los templos que hay por el lugar. Allí nos dimos cuenta del porqué Kathmandú es conocido por sus construcciones y la calidad de la madera, ya que la mayoría de la plaza y ventanales están hechos de este material.

A parte de todo esto hemos ido disfrutando de distintos restaurancitos de la zona, como recomendación os dejamos el Pad Thai Corner y el Newa MoMo Restaurant, cerca del Thamel House Restaurant y a nada del Pilgrims, allí encontrareis los mejores momos de la ciudad, unos dueños encantadores, además de unos momos de chocolate.